jueves, 24 de septiembre de 2009

Caminar soberano

Marcha por la soberanía alimentaria



(AW) Una de las actividades más importante del noveno campamento de jóvenes, fue la marcha realizada en la ciudad capital de Salta, el día viernes 18. En ella, las consignas versaron sobre la soberanía alimentaria, la salud como derecho y no como negocio, la reforma agraria, el fin de las fumigaciones con agrotóxicos, y el cese inmediato de los desmontes y desalojos.


Cafayate, Salta, miércoles 23 de septiembre de 2009 (AW). Una de las actividades más esperada por todos los jóvenes y jóvenas asistentes al 9° Campamento Latinoamericano de Jóvenes de la Vía Campesina, fue la marcha que se realizaría en la ciudad de Salta, el viernes 18 de septiembre, a dos días de finalizar el mismo. La idea era marchar, manifestar el rechazo a los agrotóxicos, el desmonte, el desalojo de familias campesinas, y el desacuerdo a las entidades rurales, quienes se jactan de representar al campo, y solo representan intereses de los empresarios que se adineran con monocultivos. Y así se hizo.



A las 4 AM, el campamento comenzó a levantarse, literalmente. Una hora y media después, y con un frío que entumecía el desgano y daba lugar a las ansias de andar, cerca de ochocientos jóvenes y jóvenas comenzaron a subir a los micros que los llevaría hasta la capital salteña.



Pero la policía iba a querer trabar, una vez, la palabra rebeldía. Una camioneta policial se atravesó frente a la caravana, impidiendo salir los micros. Eran las 6:40 AM. El agente preguntó, puntualmente, si en esos micros habían personas del pueblo Quilmes, en referencia, al desalojo que un día antes se había producido en la localidad tucumana de Colalao del Valle (ver nota aparte). Pasado el percance, la caravana avanzó.



La ciudad se preparaba para el recital del Indio Solari. Unas de treinta mil personas abarrotarían sus calles. Pero ese día, a las 10:30 de la mañana, el cantar fue otro. "Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha campesina por América Latina".



En ese mismo momento, apenas las trompas de los micros asomaron su hocico, la policía frenó la caravana una vez más. Y luego lo harían otras dos veces. Amenazaron con llevar detenidas a todos los presentes si acaso no se acataban las órdenes de desviar la marcha.



Recién a las 12:04 AM, y después de varios altercados con la policía, arrancó la marcha.



Un cartel con la consigna "Construimos dignidad desde nuestro territorio" encabezaba las ochocientas verdades caminantes. Entre tanto, una voz femenina salía del altoparlante montado en una camioneta. Decía: "somos hombres y mujeres que queremos seguir trabajando para seguir produciendo alimentos sanos para nuestro pueblo. Hombres y mujeres que queremos trabajo digno".



Entre tanto, un policía, vestido de periodista, filmaba haciéndose pasar por camarógrafo del canal Cablevisión. El intento de burla duró poco. Fue amablemente expulsado de la marcha.



"Aunque se ponga toda la policía de Salta enfrente este pueblo seguirá caminando", arremetió la misma voz fémina, cuando 22 agentes de infantería policial intentaron cerrar el paso en la avenida San Martín y Lavalle. Más adelante, como un bálsamo entre tanto azul policial, unos metros después, los niños y niñas de la escuela Pablo Neruda, aplaudieron la marcha.





Primera parada



"Aquí queremos informarles y estamos para servirles...", dijo un campamentista emulando lo que serían las palabras de un funcionario del IPPIS (Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta), donde la marcha hizo su primera parada.



El resto chifló en gesto de repudio. La actuación continuó: "vamos a respetarnos... yo sé que vinieron con propuestas sobre trabajo que estamos haciendo en el instituto... ustedes quieren tierras, y para eso estamos nosotros..."



Las palabras estaban calcadas de cualquier discurso de la burocracia gubernamental que pretende dilatar los procesos de la lucha hasta verlos morir de inanición. Pero no, esta vez no.



Un campesino de la organización Encuentro Calchaquí habló. Dijo: "todas las políticas son para los mineros, los sojeros" en referencia al IPPIS. "Hablan de desarrollo y el único desarrollo es la destrucción". Y enfatizó su reclamo: "queremos que conozcan nuestras culturas, nuestras identidades. Que nos tengan en cuenta".





Sigue la marcha



Luego del IPPIS, la marcha continuó por la Avenida Belgrano. A pocas cuadras, la policía volvió a bloquear el camino. Después de unos segundos de molestia, abrieron paso. Eran las 13:38 horas.



Las ochocientas voces cantaron "yo sabía, yo sabía, a los terratenientes los cuida la policía". Entre tanto, un cartel rezaba "contra el hambre y la inflación".



En la esquina de Belgrano y 25 de Mayo, otra vez la policía, otra vez la demora, otra vez haciendo notar su molestosa presencia.



La marcha toma por la calle Balcarce. Allí se vio lo que no se había visto en más de treinta cuadras: la policía hizo un cordón protector en la puerta del Hotel Alejandro I...





Segunda parada



Finalmente la marcha llegó a destino. El lugar, Plaza Güemes, en frente a la legislatura. Eran las 14:17 horas.



La eterna voz femenina, incansable, inquebrantable, volvió a arremeter. "No nos escondemos detrás de los milicos, damos la cara". El mensaje flechó a un fulano que filmaba detrás de una cortina del segundo piso del edificio legislativo.



Palabras



"Somos mensajeros de nuestras comunidades, algunos de los que exigimos respeto a nuestros vienes naturales, a nuestra vida". Fue la palabra de un campesino del MoCaSe.



"De Brasil estamos aquí para decir que la policía hace un mes mató a un compañero de Río Grande Do Sul", denunció un militante del MST de Brasil, recordando que la policía actúa de igual modo ante las gentes que se atreven a cuestionar el capitalismo. Y dijo, por si quedaban dudas de que temor no hay, "queremos la reforma agraria".



"Abrí la ventana y sacá tu cámara", propuso, regresando desde el corazón de la plaza, la fémina voz. "No te hagas problema con esa cortina o esa reja".



Luego habló un representante de la Red Puna. "Este es un claro mensaje al gobernador Utubey, al poder judicial, a la sociedad toda". Luego, mirando con sus labios al cordón policial que protegía la legislatura habló: "los policías están viviendo en un país donde ellos también están excluidos, porque las políticas producen que la única salida sea vestirse de azul".



En su alocución, el campesino norteño señaló que "no queremos ver a Tinelli todos los días diciendo boludeces, queremos un país pensante".



Y llegó la palabra del Frente Popular Darío Santillán y el recuerdo del secuestrado y desaparecido Jorge Julio López. "Hoy se cumplen tres años... en ese entonces también estábamos en un campamento de jóvenes, en la estación Darío y Maxi". Para cerrar, propuso "desmantelar el aparato represivo es unir las luchas del campo con la ciudad, aunar las fuerzas".



El acto terminó a las 14:42. La cámara siguió filmando, escondida, claro, como es el modo de actuar de los cipayos de la represión.



Los ochocientos estómagos, hambreados del día, se juntaron a almorzar, colectivamente, a la luz de un sol que resplandecía vestido de rebeldía.







Alejandro Haddad

Agencia Walsh

No hay comentarios: